miércoles, 10 de marzo de 2010

Mi Mesa está Servida; Te Estoy Esperando, ¡No Te Demores!

Los días están pasando como relámpagos; tu tiempo se está haciendo cada vez más corto. ¡Ay de ti que duermes, porque la noche de mi Justicia está cerca!; despierta, despierta, para que puedas ver la luz de un nuevo amanecer; recuerda lo que dice mi palabra: "Habrá dos, uno será llevado y el otro permanecerá". Esta humanidad, como en los tiempos de Noé, compra, vende, se casa, y muy pronto mi Justicia vendrá sobre ellos y no tendrán tiempo de arrepentirse. Millones perecerán, cuántos planes haces sin Dios; te sientes inmortal; haces planes a corto y largo plazo, sin tener en cuenta la voluntad de Dios. ¡Qué necios y tontos son!; ¿no sabes que tu tiempo se está acabando, y que el juicio de las naciones será la sentencia y el fin de tantos?

Hijos míos, ovejas de mi rebaño; os digo, el Pan Vivo que descendió del cielo, pronto ya no estará con vosotros; todo debe cumplirse como está escrito; lee Daniel 12 y entenderás lo que te estoy diciendo. ¡Cuántos de vosotros que me rechazáis hoy, anhelaréis mi Cuerpo y mi Sangre mañana!; bebe y come de mi Cuerpo y mi Sangre, tanto como puedas, porque vienen días en que mi sacrificio será profanado y mi casa será cerrada. Ven a Mí, hijos míos fieles, no temas; ven y visítame; mi mesa está servida, no te demores. La noche se acerca; ora y vela, para que no caigas en tentación; recuerda que el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil; digo también a vosotros mis discípulos de estos últimos y últimos días; no temas a los que pueden matar el cuerpo sino teme a aquel que puede matar tanto el cuerpo como el alma.

Ven; acércate a mi Tabernáculo y comparte también conmigo, mi cena pascual; te digo, que por un tiempo ya no estaré entre vosotros, pero no temas, mi Madre y mis Ángeles te acompañarán; pero entonces nos volveremos a encontrar en mis nuevos cielos y en mi nueva tierra y allí, vuestra alegría será mayor.

Que mi paz os acompañe y la luz de mi Espíritu os guíe. Estaré con vosotros hasta la consumación del tiempo. Soy vuestro Padre y Maestro, Jesús en el Santísimo Sacramento, el Buen Pastor de todos los tiempos.

Haz conocer mis mensajes ovejas de mi rebaño.